En la jornada de ayer, Sportivo Norte se consagró campeón provincial por primera vez en su historia, luego de un infartante triunfo en Bell Ville ante el local Bell. El partido tuvo todos los matices, goles, penales atajados, expulsiones, definición desde los 12 pasos, etc.
Barrio, huevo y corazón: son 3 palabras que diferencian a un equipo del otro, al campeón le sobró y al sub campeón le faltó y mucho. El local Club Atlético y Biblioteca Bell de Bell Ville se vió humillado ante un equipo que antes que nada se preparó con humildad y esperanza desde dentro y fuera de la cancha, pisando fuerte en todos los céspedes y tablones.
Ayer, Bell Ville presentaba un predio perfecto para un club modelo que careció de espíritu hasta que se colmó la popular visitante que fue la banda sonora de la tarde – noche.
En el partido hubo pocas diferencias, obviamente los locales con una cancha perfecta y un equipo que juega con la pelota al piso no pudo sacar mucha ventaja ante la garra norteña que se levantó varias veces de un partido en el que siempre corrió de atrás, pero que el local nunca liquidó.
El primer tiempo arranco parejo palo por palo, sin embargo a los 18 minutos Biasutto abría el marcador para los locales. Sin embargo, de tanto empujar, y tras una enorme jugada a los toques, Sportivo empata el partido a los 25 en los pies del Toro Gonzalo Cáseres. Así terminaba el primer tiempo.
En el segundo tiempo, la impronta fue similar. El Bell con la pelota llegó al area donde derribaron a Lucas Palacios, el goleador del torneo y el árbitro cobró penal. Allí llegaría la primera epopeya de la araña Eber Mendoza, quién se arrojaría a la izquierda tapando el disparo del propio Palacios. El banco y la tribuna norteña deliraban. No obstante, segundos después llegaría el segundo baldazo en los pies de Ciocca quién partía habilitado por centímetros y marcaba el 2 a 1 generando la protesta de todo el Norte, culminando el embrollo con la expulsión del ayudante Sebastián Monge y de Abod, el arquero suplente.
Después de volver a estar abajo, Inocente metió mano en el equipo y en el esquema, pero el grito sagrado llegaría en la cabeza de la muralla Fabián Gadpen, quizás el jugador más regular del equipo a lo largo de todo el torneo. 30 minutos del 2do tiempo, 2 a 2.
Los últimos 15 minutos serían un constante atropello norteño, ya que el Bell se quedaba con 10 hombres; sin embargo el partido terminó en empate y, luego de dos partidos empatados, a los penales.
Tras el sorteo que definió que los penales se patearan en el arco cercano a los Indios, llegó la arenga final y la hora de la verdad:
La serie comenzó pareja con ambos equipos convirtiendo, sin embargo Jonatán Agüero estrellaba su penal (el 3ro de la serie) contra el palo y parecía que se escapaba el sueño, como hace 10 años en Huidobro. No obstante, Mendoza tendía la trampa de sus próximas víctimas y contuvo un nuevo penal para que la serie terminara 4 a 4.
En la serie 1 y 1, sería otra vez para Mendoza que se arrojaría a su derecha y entre sus dedos y el palo dejaba el plato listo para que Fabian Gadpen inflara la red y las gargantas de los visitantes para el glorioso “Dale Campeón”.
De ahí en más, todo fiesta: todo festejo, todo alegría entre las lágrimas de los jugadores, que se contagiaron en los ojos de Inocente y ni hablar de los cientos de Indios que en pleno malón volvieron a resistir. Sufrir para gozar, el lema de bandera.
La alegría siguió en nuestra ciudad, donde propios y extraños esperaron al equipo en el acceso por Ruta 4 y en la Plaza General Paz con cánticos y alegría. Cuando los campeones arribaron al centro todo fue una fiesta, que siguió con una procesión hacia el Parque Colón donde, bajo la intensa lluvia, se siguió con la caravana y el carnaval.
Así, con Barrio, Huevo y Corazón; con 8 de los 11 jugadores surgidos de la cantera del club; con los pronósticos en contra y dejando el alma en cada partido, el Norte suma una estrella y… ¿se anima a ir por mas?
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