Ciudadanos

Arrancó el 2017 y el reclamo por una autopista que reemplace la Ruta 7 sigue más que activo. El próximo sábado se llevará a cabo en el acceso de nuestra ciudad, la 29na panfleteada de protesta y concientización.

Otro año más que comienza y renueva las fuerzas de una lucha que sigue instalándose cada vez más entre los vecinos y expone la pasividad de las gestiones políticas en todos sus niveles. El reclamo por la autopista sumará ya 29 salidas a la Ruta 7 pidiendo una medida infraestructural de envergadura para intentar evitar la cantidad de muertes constantes que periódicamente suma el tramo entre Rufino y Vicuña Mackenna, el cual incumbe a nuestra ciudad.

La actividad se llevará a cabo el próximo sábado a las 19 hs frente a la casilla de la Policía Caminera, en tanto que en la previa (18hs) habrá una misa en el santuario de San  Expedito ubicado en el playón de la estación de servicio de la ostra.

En las últimas horas, el municipio y la policía se reunieron para mancomunar esfuerzos en cuanto a los controles de tránsito, donde circuló la información de que dentro de poco tiempo podrían iniciar los controles nocturnos que incluirían la medición de alcoholemia; algo que parece aun bastante lejano no solo por la falta de insumos, sino también por las silenciosas implicaciones políticas que regularmente hay en los negociados de discotecas bailables nocturnas.

A este tema se refirió Analía Vílchez, referente de Estrellas Amarillas, quién además de invitar a la panfleteada se adhirió a los comentarios sobre la pasividad del estado en lo referido a los controles.

“nosotros somos una agrupación que podemos ayudar, dar mensajes y concientizar, pero la autoridad la tienen el Estado y la Policía, y ellos son quienes pueden tomar medidas tanto de prevención como de sanción; nosotros no podemos perseguir a todos los chicos que salen a una discoteca, los controles le corresponden a las autoridades”, explicó Analía, quien recordó que el fallecimiento de su hijo Julián Salinas tuvo muchas aristas, entre ellas, la responsabilidad del estado por no controlar una persona que manejaba en estado de ebriedad y a gran velocidad. “no sabemos cuántas vidas mas hay que cobrarse para empezar a ver los controles”, sentenció.

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